miércoles, 2 de octubre de 2013

ACTIVIDADES DEL LIBRO DE TEXTO

ACTIVIDADES DEL LIBRO DE TEXTO:

Priviligiados y no priviligiados:
Clase privilegiada es el nombre con el que se designa a la clase social que ocupa una posición de predominio en las relaciones sociales, no sólo por su condición económica, sino también y especialmente por su condición jurídica: el privilegio.
Durante el feudalismo y el Antiguo Régimen, se puede identificar con los estamentos privilegiados: nobleza y clero. No obstante, los historiadores de orientación institucionalista o funcionalista, como Roland Mousnier, denuncian esta identificación como un abuso de los historiadores de orientación materialista (como Boris Porchnev, con el que mantuvo un célebre debate), que consideran a lasrelaciones de producción las determinantes de las relaciones sociales. Mousnier considera que los estamentos u órdenes expresan realidades sociales mucho más importantes en la época, como el honor o el prestigio, y reproducen relaciones de patrón-cliente.
Abusando del término, suele utilizarse clase privilegiada como sinónimo de clase dominante, de élite o de forma más genérica, declase alta, con lo cual podría definirse de ese modo a la burguesía a partir de la Revolución burguesa (asumiendo lo contradictorio de identificar privilegio con burguesía); de este modo la riqueza sería el elemento que conforma un privilegio social, plasmado en las instituciones que en la práctica se reservan a esa clase (clases separadas en los transportes, clubescolegios, y de forma especial, elsistema político a través del sufragio censitario).
Aniguo regimen y bases del cambio:
Antiguo Régimen (en francésAncien régime) fue el término peyorativo con que los revolucionarios franceses designaban a la forma de estado anterior a1789 (la monarquía absoluta de Luis XVI), y que se aplicó también al resto de las monarquías europeas, cuyo régimen era similar. El término opuesto a este fue el de Nuevo Régimen (en EspañaRégimen Liberal).
También puede aplicarse como equivalente a una época que, prácticamente, coincidiría con lo que se conoce como Edad Moderna.
Aunque su utilización es contemporánea a la Revolución, la mayor responsabilidad de su fijación en el ámbito literario le pertenece a Alexis de Tocqueville, autor del ensayo El Antiguo Régimen y la Revolución.1 En ese texto indica precisamente que «la Revolución francesa bautizó lo que abolía» («la Révolution française a baptisé ce qu'elle a aboli»); Tocqueville dotó al concepto de una confusa capacidad de oposición del Antiguo Régimen frente al periodo medieval, que se hizo común en la historiografía durante los siglos XIX y primera mitad del XX e historiadores posteriores han discutido, especialmente François Furet.2
Desde el punto de vista de los reaccionarios enemigos de la revolución, el término Antiguo Régimen fue reivindicado con un punto de nostalgia, siguiendo el tópico literario del «paraíso perdido» (o el manriqueño «cualquiera tiempo pasado fue mejor»). Talleyrand llegó a decir que «los que no conocieron el Antiguo Régimen nunca podrán saber lo que era la dulzura del vivir» («ceux qui n'ont pas connu l'Ancien Régime ne pourront jamais savoir ce qu'était la douceur de vivre»).
La aplicación del término a las estructuras económicas y sociales se atribuye a Ernest Labrousse,3 y fue difundido por la contemporánea Escuela de Annales, con gran aceptación en España a través de hispanistas como Pierre Vilar o Bartolomé Bennassar. Su utilización con este sentido, que no era usual antes, se hizo habitual por los autores del tercer cuarto del siglo XX, como Antonio Domínguez OrtizGonzalo Anes o Miguel Artola, que terminaron por fijar el concepto en la historiografía española. La aplicación del término a la historia de las instituciones españolas es muy anterior, pero parece que también se originó por influencia francesa, como es el caso de la obra del hispanista de finales del XIX Georges Desdevises du Dézert,4 recogida por Antonio Rodríguez Villa en 1897.5

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